Los Cimientos de malorinethuva
Todo comenzó cuando tres antiguos compañeros de la Universidad Complutense de Madrid se dieron cuenta de que el mercado español necesitaba una plataforma transparente para la compra-venta de empresas. Después de meses investigando en bibliotecas y cafeterías de Malasaña, lanzamos malorinethuva desde un pequeño despacho en Chamberí.
Recuerdo perfectamente nuestro primer cliente: una panadería familiar en Getafe que llevaba tres generaciones funcionando. El propietario, Don Miguel, nos contó entre lágrimas cómo necesitaba encontrar a alguien que continuara el legado de su abuelo. Esa conversación nos marcó profundamente y definió nuestros valores.